Las Taguaras
Los maracaiberos somos asiduos visitantes de modestos expendios de licor, que llamamos taguaras, donde formamos tertulias sobre los temas que nos interesan, cantamos gaitas y disfrutamos de platos típicos de la región. Sitios donde el populacho comparte sin distingos clasistas con celebridades cuya lista incluye a destacados políticos, científicos, empresarios, deportistas y artistas, que como buenos hijos de esta ciudad, también acostumbran a echarse unas cervecitas entre primos.
La Gaita
Los colonizadores españoles trajeron a Maracaibo una bulliciosa parranda gallega, que tenia como epicentro el sonido del instrumento llamado “gaita”. Las clases populares emularon la forma de divertirse los europeos, pero remplazaron el instrumento “gaita” por el “furro” , un instrumento musical oriundo de esta región fabricado con cuero de chivo estirado sobre un tambor, que se hace sonar con una vara de caña brava. El son del “furro” acompañado de otros instrumentos como “charrasca”, “cuatro” y “tambora”, suenan en un tono, que constituye nuestro propio genero musical.
Con el tiempo, la gaita dejó de ser una parranda exclusiva de las clases populares y fue asumida por el resto del gentilicio maracaibero, inclusive por sus miembros más letrados y ricos. Principalmente, La gaita alegra la vida de los maracuchos, maracuchas y visitantes, a partir del 10 de noviembre cuando comienza la feria de La Chinita, durante todo el mes de diciembre y hasta finales de enero, lapso que el pueblo espontáneamente ha consagrado como “época gaitera” sin que nadie lo halla decretado.
Si voz queréis vivir la gaita, venite pa´Maracaibo en la feria de La Chinita.
La Chinita
De acuerdo con la leyenda zuliana, el 18 de noviembre de 1709 una pequeña tabla llegó flotando hasta las orillas del lago de Maracaibo. Una humilde mujer, que lavaba ropa, la recogió porque pensó que podía serle útil. Al día siguiente, escuchó unos golpes provenientes desde el lugar donde había colocado la tablita. La mujer acudió a indagar sobre el origen del sonido y quedó estupefacta ante lo que vió: Fulgurantes rayos de luz salían expedidos desde la imagen de Nuestra Señora del Rosario de la Chiquinquirá dibujada sobre la superficie de la tabla. Alarmada ante la escena grito: ¡Milagro!, ¡milagro!, ¡milagro!...
Numerosas personas acudieron al lugar a enterarse de lo sucedido, y desde de ese momento, la vivienda de la mujer se convirtió en un santuario. Con el tiempo, la imagen fue llevada al altar de la iglesia San Juan de Dios, donde se le venera hasta hoy.
Para el pueblo maracaibero no existe problema que la Chinita –como familiarmente la llamamos– no resuelva, y cada 18 de noviembre, conmemoramos su día en medio de un intensa fiesta.
Para el pueblo maracaibero no existe problema que la Chinita –como familiarmente la llamamos– no resuelva, y cada 18 de noviembre, conmemoramos su día en medio de un intensa fiesta.
Feria Internacional de la Chinita
Desde épocas inmemoriales el pueblo zuliano se ha volcado a las calles a celebrar el aniversario de la aparición de la virgen Chinita. El evento nunca fue decretado, ni por la iglesia católica ni por las autoridades civiles, sino que sucedió como una manifestación espontánea. Hoy las fiestas patronales constituyen una compleja celebración organizada por las autoridades civiles, religiosas y militares, denominada Feria Internacional de la Chinita.
Cada año comienza con el encendido de las luces que adornan los diversos sectores de la ciudad –principalmente la avenida Bella Vista–, fuegos artificiales y el son de la gaita, que irrumpe para sembrar la alegría en el ambiente maracaibero. Luego, se desarrolla un programa de intensas actividades tales como oficios religiosos, la presentación de artistas nacionales e internacionales, amaneceres gaiteros, desfiles, corridas de toros y juegos de béisbol.
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